jueves, 1 de agosto de 2019



La violencia una Conducta Adquirida.
(Ultima parte)
Determinismo recíproco
La reciprocidad es sinónimo de correspondencia o correlación, desde este concepto el autor pretende explicar en este capítulo la relación existente entre el ambiente potencial y el real, esto es, entre la influencia personal y ambiental. Este tema resulta tan complejo como impreciso en determinadas ocasiones ya que en el análisis de la influencia de una conducta sobre otra, se distinguen factores muy diversos y no sólo el ambiente en donde transcurre la acción, produciéndose cambios cognitivos que afectan a la selección y al procesamiento simbólico de las influencias posteriores. Por otra parte, se plantea en esta línea, la influencia y relación entre el determinismo y la libertad personal. Partiendo de la máxima según la cual la sociedad tiene que establecer algunos límites de conducta para crear un concepto de libertad en su grado máximo, se puede preguntar ¿Dónde se encuentran los límites de la conducta? ¿En uno mismo o en la sociedad? Y si la libertad va ligada a derechos y opiniones ¿uno no es libre en su ejercicio de la libertad en el ámbito privado? Se resuelven en parte estas cuestiones si se valida que la conducta está regulada por sus contingencias, que a la vez, se producen por la propia persona. Pero el objeto de estudio en este momento, es saber cómo cambia la conducta las influencias ambientales y quien tiene mayor peso en el control de estas dos variables (si así fuera) para intentar explicar la reciprocidad entre ambas. Por último y continuando el mismo hilo conductor, se cuestiona el control de las personas desde la manipulación psicológica y se buscan soluciones a fin de impedir los evidentes intentos de influencia. Las defensas individuales y sociales son presentadas como mecanismos eficaces en la tarea de cualquier control que se pueda ejercer sobre el sujeto y como mejor expresión de un cambio libre y consciente.